¿Qué es MMT?

ANTECEDENTES

Todo sólido se desvanece en el espacio”, sentencia Marshall Berman en su texto donde relata que ya desde la modernidad con sus vertiginosos cambios tecnológicos, todo parece mutable, intercambiable y desechable por las relaciones económicas que genera la mercancía. La propiedad y el intercambio de bienes físicos han sido reemplazados por relaciones comerciales de acceso en plataformas como Spotify y Deezer. Jeremy Rifkin llamó a esta nueva forma de consumo la “era del acceso”. A pesar de esto, tanto los discos de vinilo como el cassette empiezan a volver a hacer nexos con otras industrias como la editorial; es común encontrar estos bienes no solo en tiendas de música, sino en librerías, tiendas de ropa, etcétera. La versatilidad del medio permite la incidencia en los mercados actuales de tal forma que muchos músicos contemporáneos lo busquen por sus particularidades sonoras y plásticas. Su valor como objeto se ha vuelto a apreciar y a demandar.

Pero, como siempre, las tendencias del mercado solo son reflejos de fenómenos que suceden en las calles. Las ventas del “digging”, palabra que se usa para ir a buscar y comprar discos regularmente viejos, sucios y polvosos, probablemente no estén contempladas en las estadísticas de la industria. El disco más que un objeto para escuchar música se ha vuelto un símbolo representativo de un ritual desvanecido por la costumbre de la inmediatez del click. Surge una subcultura de afecto y apego al pasado que contradice la desmaterialización del consumo, no sólo por su inherente nostalgia, sino por una necesidad de corporeidad con objetos, personas que los coleccionan y tiendas donde una tornamesa congrega a una comunidad, como antes nos reuníamos alrededor del fuego.

PROYECTO

Magic Mix Tape Club es una plataforma donde coleccionistas/ curadores/ creadores de música, entran en diálogo y colaboración con artistas plásticos de distintas latitudes, culturas, contextos socioeconómicos, edades, gustos, etcétera. Dicha colaboración se materializa en un “mixtape”, un cassette elaborado de forma artesanal que recopila dos selecciones de audio, Lado A y Lado B designadas a dos creadores sonoros y una portada comisionada a un artista visual. Tanto el audio como el arte de cada producción están disponibles de manera gratuita en el sitio web del proyecto magicmixtape.club, donde cualquier persona con acceso a internet, puede descargar el audio y el arte visual para producir su propio “mixtape” de manera casera. Construyendo así, un “club” de curadores de música, artistas plásticos y coleccionistas de música y arte.

La selección de colaboradores, realizada por el equipo de Magic Mix Tape, corresponde a una investigación profunda a lo largo de los años, sobre música y arte de todo género. Las mezclas no tienen una temática que ciña la creatividad de los participantes y además ninguno de los artistas sabe con quién trabajará; evitando prejuicios y favoreciendo la creatividad. Por ello Magic Mix Tape es una plataforma que busca hermanar distintas culturas y romper con las barreras de la distancia y el idioma, un espacio donde la pluralidad de posturas pueda tener cabida en un ejercicio lúdico.

Creciente interés en el objeto material musical

Para el 2015, las ventas de discos de vinilo habían aumentado el 32% según la RIAA (2017), llegando a los $416  de dólares, cifra que supera los ingresos por anuncios que genera Youtube en el mismo periodmilloneso. Además, según varios estudios, las ventas de cassettes duplicó durante el 2020. Como se mencionó anteriormente, este proyecto apela al regreso a la materialidad de una subcultura y comunidad de coleccionistas, artistas y aficionados que se está expandiendo.  

Arte visual en la industria de la música

Los formatos análogos para distribuir música son idóneos para generar colaboraciones entre las artes visuales, la música y la ingeniería de audio. La aparición de obras de Banksy en portadas de Blur, Wharhol en portadas de The Velvet Underground, Richard Prince en portadas de Sonic Youth y Van Gogh en portadas de the Blackbyrds, son un ejemplo del uso de las artes visuales en las portadas de obras musicales. Dicho esto, es posible que la fascinación por la materialidad del objeto también proviene de las propias experiencias gráficas que genera.  Es dentro de esta colaboración que ambas manifestaciones se han nutrido y retroalimentado a tal grado que no pueden existir de manera separada, por ejemplo, muchos recordarán rápidamente la icónica portada del álbum Wish you were here de Pink Floyd, sin que necesariamente lo hayan escuchado completo, lo mismo que existen innumerables re interpretaciones del álbum Abbey Road de The Beatles y la propia portada es ya parte de nuestros referentes visuales por sí solo, de manera separada del impacto musical que significó.